La tasa de paro durante la pasada legislatura se ha incrementado más si se suma subempleo y población desanimada
- Posted by Javier García Echegaray
- On 23 mayo, 2016
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- Desempleo, Efecto ánimo, Subempleo, Tasa de paro
- En la UE, un cálculo alternativo del paro ofrece una visión menos positiva
En un reciente artículo publicado en Libre Mercado analizaba el desempleo incorporando al cálculo tradicional (población que busca trabajo pero no lo tiene, que definiré como “convencional”) tres tipos de desempleo adicionales: 1) subempleo debido a que parte de los trabajadores con jornada parcial preferirían trabajar más horas, 2) desempleados que buscan trabajo pero que no están en disponibles para aceptarlo –por ejemplo estudiantes en su último año que han enviado su CV-, y 3) desempleados disponibles pero que no buscan trabajo entre otros motivos por el efecto desánimo. Definiré a esta segunda tasa de paro como “ampliada”.
Me centraré en el periodo de duración de la pasada legislatura.
Entre 2011 y 2015 mientras la tasa de paro convencional se incrementó en menos de un punto porcentual más (0,7 p.p. entre 21,4% de 2011 y el 22,1% de 2015), la ampliada se ha incrementado en cerca de dos puntos (1,9 p.p. entre 31,4% de 2011 y el 33,3% de 2015) debido a un notable incremento del subempleo.
Medido sobre el total de población activa “ampliada”, el peso de la población subempleada ha pasado del 5,0% al 6,3%, lo que supone un incremento en puntos porcentuales superior a tasa de paro convencional pese a que en 2011 su proporción era más de cuatro veces inferior. Medido en términos sobre total empleo supone cerca del 9%, tasa sólo superada en la UE por Chipre.
La tasa de paro en España incluyendo principalmente a población desanimada y subempleada supera a la del resto de economías de nuestro entorno.
Según esa clasificación más amplia de la tasa de paro, España se sitúa a la cabeza en Europa por delante de Grecia
Por otra parte y sobre el anterior gráfico, se observa que la tasa de paro ampliada en la Unión Europea (17,9%) se sitúa por encima de la de EE.UU. (10,3%) o de Japón (13,9%, en este caso no se dispone del % de población que busca empleo pero no está disponible) ampliándose el diferencial con EE.UU. si se compara con el gap en la tasa de paro convencional (de 4 p.p. a 8 p.p.) pero reduciéndose contra Japón (de 6 p.p. a 4 p.p.).
La explicación proviene de la población inactiva por desánimo, que es relativamente inferior en EE.UU. y superior en Japón (se asume en este caso que el % de población que busca empleo pero no está disponible es 0% comparado con un 0,9% en la UE y un 0,7% en EE.UU.). En lo que repecta al subempleo, en los tres casos la tasa es similar situándose entre un 4% y un 5% de la población activa.
El balance de los últimos cuatro años del paro en España y la UE es diferente según cómo se estima la tasa de paro
En estos últimos cuatro años, la tasa de paro se ha incrementado especialmente en Chipre, Grecia o Italia, los dos primeros países además con una tasa de paro superior a la del promedio de la UE. En el caso de España, se ha incrementado en siete décimas mientras que en la UE se ha reducido en tres, es decir la evolución ha sido de un punto porcentual peor en España.
Considerando la tasa de paro ampliada si bien las posiciones relativas de los países apenas cambian, sí lo hacen los órdenes de magnitud: mientras en España el incremento ha sido de algo más de dos puntos en la UE se ha incrementado ligeramente, por lo que el diferencial negativo en España pasa de un punto a cerca de dos.
Por otro lado y en el caso de la UE comparado con EEUU, la peor evolución en Europa es de cerca de 6 puntos mientras que medido sobre la tasa de paro convencional es de algo más de tres puntos.
Por lo tanto, la evolución relativa en UE es notablemente peor si se considera subempleo y desánimo, cuyo porcentaje de población, en especial el primero, ha crecido desde 2011.
Resumen: a la hora de analizar el paro, conviene considerar a la población asimilable a la desempleada
En definitiva, a la hora de hacer un balance del paro durante la pasada legislatura, las conclusiones difieren si se calcula según la metodología convencional o si se incluye a otros segmentos de la población asimilables a la situación de desempleo como son principalmente los trabajadores subempleados.
En el ámbito de la Unión Europea, el balance de estos últimos cuatro años es diferente según cómo se calcule el paro, dado que mientras la tasa de paro convencional se ha reducido, eso sí mínimamente, incluyendo la población desanimada y subempleada el balance es negativo y con una peor evolución comparado con EE.UU..
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