El Hilo que Hilvana la Vida. Segunda parte: Mantener
- Posted by Sebastián Puig
- On 11 febrero, 2018
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- ahorro, finanzas personales, inversiones, inversiones psicología, vida
Segunda entrega en Thinknomics de una serie de brillantes aportaciones de Israel Mármol sobre vida y finanzas. Israel es un economista con veinte años de experiencia en asesoría y en posiciones administrativas y financieras en empresas de I+D, seguros, telecomunicaciones y retail, que en los últimos años se ha reconvertido a la investigación y formación en finanzas personales, banca e inversiones.
La semana pasada reflexionábamos sobre el concepto de «GANAR», destacando la importancia de reinvertir en la medida de lo posible las ganancias y, además, hacerlo de acuerdo con una planificación financiera que considere todos los aspectos relevantes. Si se hace bien, el acto de guardar generará ganancias adicionales con el tiempo y dejará de ser una función pasiva para ser una actividad productiva. En la presente entrega analizaremos el siguiente concepto, “MANTENER”, y los conflictos patrimoniales y vitales que de él se derivan.
Tenemos que ser conscientes de que el patrimonio es frágil y se puede perder. Periódicamente se verá golpeado por tornados que pueden, o bien devastarlo, o bien pasar sin causar daños que no se puedan reparar. El mismo huracán que convierte Haití en zona catastrófica apenas afecta a Florida. La diferencia radica en la preparación para cuando llega y de ahí la necesidad de dotar a nuestro patrimonio de una estructura que aguante la tormenta pues torres más altas han caído.
Es más, una cartera puede construirse de modo que una debacle financiera la refuerce , algo que no es posible al enfrentarnos a desastres naturales. Una catástrofe financiera es la oportunidad con la que los mejores gestores sueñan. Tras el desplome de 2008 y los mínimos de marzo de 2009, en apenas tres años los índices estadounidenses se revalorizaron más de un 100% y, de todos los principales índices, solo el IBEX vio una revalorización inferior al 100% en ese lapso de tiempo. E incluso así, desde los mínimos de marzo de 2009 se revalorizó un 75,14% al cierre del mismo año.
Aquellos que mantienen la cabeza fría en estos momentos de pánico y no caen en un funcionamiento mental gregario son los que con más probabilidad van a obtener mejores resultados.
El gran problema es que nadie sabe cuándo es el momento para salir del mercado porque viene la tormenta. Cuando Ben Bernanke pronunció sus famosas palabras sobre la “exuberancia irracional” de los mercados el 5 de diciembre de 1996, el S&P estaba en 750 puntos. Llegó a 1,527 antes de que la burbuja punto.com explotara y cayó… hasta un mínimo de 800 puntos, por encima del punto en el que el Gobernador de la Fed ya consideraba que las valoraciones eran descabelladas. Si hubiéramos salido del mercado en ese momento solo hubiéramos podido entrar pagando un 6,67% más si llegamos a acertar con el mínimo exacto posterior del mercado. Esta imposibilidad de identificar el momento para entrar en el mercado es el mejor argumento para optar por la estrategia de promediar el coste de compra de nuestras inversiones, invirtiendo el mismo importe cada mes o trimestre independientemente de la situación de los mercados. Pero nunca está de más mantener una liquidez con la que comprar gangas en épocas difíciles o incrementar las aportaciones periódicas cuando los mercados bajan, como recomienda Banco Mediolanum a sus clientes.
El primer conflicto que surge es, por tanto, cómo mantener ganando.
Mantener Ganando…
…que no es lo mismo que ganar manteniendo. Mantener no ganando es sacrificar la rentabilidad que se pueda alcanzar razonablemente por buscar una seguridad mal entendida. Permítaseme afirmar que el modelo de venta de productos financieros de los grandes bancos españoles aprovecha una distorsionada sensación de seguridad para colocar productos muy inadecuados por poco rentables e ilíquidos. La maldición de los fondos garantizados, de rentabilidad objetivo o el perfil del renovador a vencimiento.
Esta incongruencia se observa en la actitud de los inversores españoles, de los cuales un quinto se pueden calificar de especuladores y casi la mitad de demasiado conservadores, siendo el término medio muy variable y dependiente del ciclo.
La representación gráfica de este conflicto es la siguiente:
La cualidad de idiota con suerte se adquiere cuando se obtienen resultados sin haber seguido un proceso adecuado. Obtener malos resultados por no tener procedimiento se llama justicia poética.
Mantener Viviendo
Esto es, según Stan Haithcock , «sin llegar a que el último recibo domiciliado se devuelva por falta de saldo para atenderlo«. Dicho de otro modo, que mantener nuestro capital no nos impida disfrutarlo. Es perfectamente legítimo consumir parte de lo guardado. Es más, con las cada vez más reducidas pensiones que podemos esperar y el aumento de la esperanza de vida, hagámonos a la idea de que tendremos que tirar de nuestro patrimonio en la cuarta etapa.
Mantener Guardando
Si guardamos es para acrecentar nuestro patrimonio, por lo que una situación inaudita es la de guardar sin mantener nuestra riqueza. Es el caso del especulador cuyo sacrificio es inútil si lo que ahorra se lo deja en el casino financiero.
Si no podemos o no queremos evitar especular, hagámoslo conscientemente. Separemos como máximo un 10% de nuestro dinero y usémoslo para las operaciones más arriesgadas. En el mismo momento en el que decidimos dedicar este dinero a especular hay que darlo por perdido. Todo lo que haya en esta cuenta, que debe estar separada, son ganancias. Pero lo que nunca hay que hacer es reponer fondos. El día que se acaben, se acabó “el juego”. No recomiendo esta práctica, pero para el que tenga claro que va a caer en la misma, al menos que lo haga con un plan y definiendo unas reglas. Pero es muy posible que haga falta apoyarse en alguien para mantener la disciplina.
Si ahorro y mantengo estoy haciendo un gran trabajo y, si lo combino con ganar razonablemente, los resultados siempre serán espectaculares.
Veo dos situaciones en la que no guardar ni mantener: o bien estoy atravesando alguna crisis profesional de las que sufriremos casi todos en nuestra vida o ya estoy en la tercera o cuarta edad y solo me queda disfrutar de lo que generé.
Una vez revisados los conceptos y conflictos relacionados con «MANTENER» nuestro patrimonio, el siguiente reto será analizar todo aquello relacionado financieramente con «VIVIR». Pero ello será el tema de la próxima entrada. Hasta entonces, un cordial saludo.
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